Los usuarios, tanto pacientes como familiares, suelen plantearse numerosas preguntas en cuanto a la cicatrización de una herida: ¿depende de la “mano” (habilidad) del profesional? ¿Será que hubo complicaciones porque “x” profesional tiene “mala mano”? ¿La “mala mano” es un mito o una realidad?
A veces los usuarios hacen este tipo de comentarios al ser atendidos por un profesional diferente al que los venía tratando y experimentan cierta mejoría. Pero, cuando no evidencian progreso, manifiestan: “la herida me amaneció con mucho drenaje, eso fue porque otro profesional me hizo la curación y tiene mala mano”.
Esto no es más que una creencia, considerando que influyen otros factores tanto intrínsecos como extrínsecos: la complejidad de la herida, su etiología, la edad del paciente, las patologías de base, la aplicación de una técnica aséptica adecuada, la manipulación de los apósitos tecnológicos, la educación sobre los factores de riesgo y la adherencia de los pacientes y familiares a las recomendaciones brindadas.
En última instancia, la eficacia de la curación de las heridas, ya sea por la “buena o mala mano” del profesional, puede ser vista como un tema que abarca tanto la realidad como la percepción mitológica. Algunos podrían considerar que la habilidad del profesional es el factor determinante, mientras que otros podrían verlo como un mito, reconociendo que intervienen múltiples variables. Esta dualidad refleja la complejidad inherente en la medicina y la curación, donde la interpretación individual puede influir en la comprensión de los resultados.
Escrito Por:
Shirly Hernández
Enfermera de Clínica de Heridas Regional Córdoba